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lunes, 30 de marzo de 2015

EL FUERTE DE MUTZIG (1893-1918): LA FORTALEZA MAS GRANDE DE EUROPA.


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el nº 345 correspondiente al mes de Marzo de 2011, de la Revista "ARMAS", págs. 86-94.

El original está ilustrado por cuarenta y una fotografías en color y dos en blanco y negro.


Cuando el 3 de agosto de 1914 Alemania declaró la guerra a Francia, dentro del contexto de lo que sería la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la fortaleza de Mutzig, que ocupaba la impresionante extensión de 254 hectáreas capaz de guarnecer a casi 8.000 hombres, era no sólo la más importante e inexpugnable del sistema defensivo alemán, sino de toda Europa.

Su construcción fue ordenada en enero de 1893 por el Emperador Guillermo II (1859-1941), como vértebra fundamental del cinturón defensivo de la ciudad de Estrasburgo, entonces bajo bandera alemana, desde la victoria germana de la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) que dio inicio al Segundo Reich (1871-1918).

El rey de Prusia, Guillermo I (1797-1888), con su canciller Bismarck (1815-1898), había proclamado su victoria el 18 de enero de 1871 en la ciudad francesa de Versalles, tras derrotar a Napoleón III (1808-1873). Las condiciones del tratado de paz firmado el 18 de mayo siguiente en la ciudad alemana de Frankfurt, impusieron la anexión de la región de la Alsacia y de una parte de la de Lorena.

Aquella ocupación germana de parte del territorio francés dejaba la puerta abierta a un futuro conflicto armado para intentar recuperarlo. Por tal razón, y al objeto de evitarlo en su día, el canciller Bismarck inició una hábil política de alianza con otras potencias europeas que aislara o debilitara a Francia, complementada con la construcción de potentes posiciones defensivas para proteger sus ciudades de Estrasburgo y Metz en Alsacia-Lorena.

Fruto de lo primero fue la alianza de 1879 con el Imperio Austro-Húngaro a la que se sumaría tres años después Italia, dando lugar a la “Triplice” o “Triple Alianza”, pero la llegada al trono germano de Guillermo II en 1888 y la dimisión de Bismarck dos años después, conllevó un cambio sustancial de la política exterior alemana que la perjudicó notablemente, siendo la no renovación del tratado germano-ruso el primer paso.

La nueva política colonial y marítima emprendida por Guillermo II afectaba directamente a los intereses rusos e ingleses, además por supuesto de los propios franceses, por lo que estos jugaron con habilidad a su vez, y en 1893 suscribían una alianza con Rusia que completada con la firmada con Inglaterra en 1904 dio lugar a la llamada “Entente Cordial”, reconvertida tres años más tarde en la “Triple Entente”.

Así, Alemania se vio envuelta en lo que potencialmente Bismarck siempre intentó evitar: quedarse encajonada entre dos frentes, el occidental y el oriental. Ello a su vez motivó como reacción que la estrategia germana pasara por dos planes fundamentales complementarios entre si: prepararse para atacar por uno de ellos al enemigo con el objeto de derrotarlo lo más rápido posible y, defenderse en el otro frente mediante fortalezas inexpugnables hasta poder retomar la iniciativa, tras imponerse en el anterior.

En 1891 el conde Alfred von Schlieffen fue nombrado jefe del estado mayor alemán y dio carta de naturaleza a la nueva estrategia germana. Su plan consistía en presumir la lentitud de la capacidad de movilización del ejército ruso, para atacar y vencer en un primer tiempo a los franceses, tras violar la neutralidad del territorio belga y envolver a aquellos desde el norte para llegar rápidamente a Paris.

Para ello necesitaba fijar al ejército francés en la zona de Alsacia-Lorena, la cual debía tener capacidad defensiva suficiente hasta la previsible rápida victoria germana. Y es aquí donde la fortaleza de Mutzig, situada a una veintena de kilómetros al oeste de Estrasburgo, la capital alsaciana, pasaría a ocupar un papel fundamental: bloquear toda ofensiva francesa hacia la estratégica región de los Vosges.

El fuerte y sus cifras.

Desde el año 1884 la imponente colina de Mutzig estaba designada para construir en ella posiciones defensivas germanas. El proyecto inicial fue de cinco fuertes que se reconvirtió ocho años después en dos fortalezas triangulares que se integrarían en un único grupo defensivo, cuyas obras comenzaron en 1893, adoptando un año más tarde el nombre de “Feste Kaiser Wilhelm II”.

En 1895 se finalizó la construcción del fuerte del Este y dos años después el del Oeste. Las obras se fueron complementando en los años siguientes con otras posiciones y alojamientos destinados a las fuerzas de infantería, incluidas trincheras y casamatas para las ametralladoras, las tropas de reserva, las baterías, principalmente de 105 mm., así como sus correspondientes observatorios, etc.

Los tiempos habían cambiado y la evolución técnica del armamento era una realidad muy diferente del que se había utilizado en la mentada Guerra Franco-Alemana de 1870-1871, teniendo los ingenieros militares la obligación de incorporar al proyecto los nuevos modelos de armas que empezaban a diseñarse y fabricarse. Asi se fueron incorporando cañones de 150, 105, 90 y 57 mm., asi como ametralladoras de 8 mm.

En 1914 la fortaleza más impresionante de Europa, capaz de albergar en su interior hasta casi 8.000 hombres, contaba ya con 22 cañones pesados distribuidos en 6 baterías y 8 cañones ligeros reforzados por 2 baterías móviles, mientras que su vasto perímetro estaba defendido por 16 posiciones de infantería entrelazados por trincheras y túneles subterráneos.

El inicio de las hostilidades propició que se reforzara hasta abril de 1916 su dotación de armamento así como el comienzo de nuevas construcciones, tanto en dicha fortaleza como en las colinas vecinas de Scharrachberg y de Sulzberg.

Para entonces la fortaleza de Mutzig tenía 23 años de edad y se habían invertido en su construcción, según los investigadores, unos 15 millones de marcos alemanes (unos 200 millones de euros). La superficie exterior ocupaba una extensión de 254 hectareas y disponía de 40.000 metros cuadrados subterráneos con capacidad de alojar en su interior hasta 8.000 hombres.

El fuerte y la guerra.

La fortaleza de Mutzig fue construida para la guerra y participaría en dos guerras mundiales aunque nunca tendría el protagonismo que presumieron sus creadores.

Su bautismo de fuego fue el 18 de agosto de 1914 cuando las vanguardias francesas de la 13 ª División de Infantería avanzaban sobre Wisches y Lutzelhouse, alcanzando Urmatt, donde se entablaría combate con el 110º Regimiento de Infantería alemana que lo defendía. El general von Pavel, jefe de la 28ª División de Reserva germana pidió entonces apoyo de las baterías del fuerte de Mutzig y sus cañones de 105 mm. abrieron fuego. 

En total 291 disparos de su artillería cayeron sobre las tropas franceses, siendo su único hecho de armas durante la Primera Guerra Mundial. La ofensiva lanzadas por el VI y VII Ejércitos alemanes dejaron enseguida a la fortaleza en la retaguardia germana hasta el final de la contienda, si bien hasta el mes de abril de 1916 continuaron los trabajos de reforzarla.

Cuando en 1939 se inició la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el fuerte de Mutzig se encontraba guarnecido por tropas francesas de la 103ª División de Infantería, si bien su importancia había disminuido muy sensiblemente al no formar parte de la Línea Maginot.

Durante la noche del 18 al 19 de junio de 1940 sus defensores abandonaron silenciosamente la fortaleza tras sabotear lo que pudieron, sin que los alemanes se enterasen, lo que les convertiría en inesperadas víctimas por un error de coordinación. Dos días después, el fuerte de Mutzig fue atacado y ocupado sin resistencia alguna por fuerzas de la 215ª División de Infantería germana, que no obstante sufrieron 82 muertos al sufrir el bombardeo de los stukas de la 28ª Escuadrilla que ignoraban que los suyos ya la habían tomado.

Cuatro años después, con una pequeña guarnición alemana, se lucharía desde la fortaleza contra los americanos de la 3ª División, quienes a finales de noviembre de 1944 consiguieron hacer cerca de 80 prisioneros entre sus defensores, si bien no consiguen acceder a su interior. Finalmente, tras varios intentos en los que los americanos emplearon grandes cantidades de explosivos contra uno de los muros del fuerte, los últimos soldados germanos se rindieron el 5 de diciembre siguiente. La guerra había terminado definitivamente para la que llegó a ser la más inexpugnable fortaleza de Europa.

La visita al fuerte.

Situado por carretera a veinte minutos de Estrasburgo dicha fortaleza, que cuenta con su propia web –www.fort-mutzig.eu- puede visitarse hoy dia aunque por desgracia tan sólo en un 10 % de la totalidad de sus instalaciones, mereciendo no obstante la pena recorrerlas.

Las construcciones subterráneas y exteriores que pueden visitarse actualmente lo fueron entre 1899 y 1916, siendo un total de siete las zonas: una casamata de ametralladoras, una batería de artillería de 105 mm., tres posiciones de infantería y dos observatorios de artillería.

El mérito de ello se debe a la asociación franco-alemana “Fuerte de Mutzig”, un grupo de entusiasta aficionados de la historia militar que con gran dedicación, esfuerzo e ilusión, ha ido restaurando las zonas ahora abiertas al público y que desde 1986, fecha de inicio de esta iniciativa, ha sido ya visitada por más de 120.000 personas.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Pienso visitar Estrasburgo y aprovecharé para visitar el Fuerte Mutzig, y revivir in situ, su historia.

    Gracias por toda la información histórica aportada, muy dificil de encontrar en español.

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